Nuestra Institución en particular, y la Masonería en general busca el equilibrio entre el espíritu (como conjunto de costumbres, carácter, personalidad, Credos y Creencias), y la razón. No ofrece soluciones mesiánicas basados en la superstición. No ofrece soluciones mágicas, ni milagros (aunque respeta lo que cada quien piensa en torno a este aspecto); no obstante, advierte que todo aquel que confunde masonería con magia, religión y cualquier tipo de mancia, no hace más que traficar con la fe y la buena voluntad de los seres humanos. Es por eso nuestro compromiso de velar por el bienestar de la humanidad.

La francmasonería o masonería es una institución de carácter iniciático, filantrópico, simbólico, filosófico, internacional y humanista. Fundada en un sentimiento de fraternidad, afirma tener como objetivo la búsqueda de la verdad, el estudio filosófico de la conducta humana, de las ciencias y de las artes y el fomento del desarrollo social y moral del ser humano, orientándolo hacia su evolución personal, además del progreso social, y ejemplifica sus enseñanzas con símbolos y alegorías tradicionales tomadas de la albañilería o, más específicamente, del Arte Real de la Construcción, es decir, de los constructores de las catedrales medievales.

Aparecida en Europa en 1717, la masonería moderna o «especulativa» ha sido descrita a menudo como un sistema peculiar de moral, bajo el velo de alegorías y enseñado por símbolos. Se presenta a sí misma como una herramienta de formación, con un método particular que, basado en el simbolismo de la construcción, permite a sus miembros desarrollar su capacidad de escucha, de reflexión y de diálogo, para transmitir estos valores a su entorno.